viernes, 25 de abril de 2014

Si ellos/as han podido, ¿ Por qué tú no puedes hacerlo ?


En el último año he podido comprobar por mí mismo como las diferentes filosofías motivacionales que corren por las redes sociales, son totalmente ciertas. Sí que es verdad que hay mucho motivado en Twitter, Facebook y demás que dicen que quieren correr un Ironman, por poner un ejemplo, y entrenan 40´ durante 3 días a la semana. Lo que me refiero es que todo el que se proponga hacer algo grande, con dedicación, esfuerzo, sacrificio, planificación y constancia, puede llegar a conseguirlo. El ser humano siempre quiere más. Es acabar una MM, y vas a por el maratón, luego te ves corriendo un Medio Ironman, Ironman y demás pruebas de Ultrafondo, es así, ley de vida :)

Además de los mencionados que dicen que quieren hacer muchas cosas y nunca hacen nada, hay otro tipo de personas que son las que dicen; "No puedo". Autoconvencerse de que uno no puede, es una postura muy fácil, te tumbas en el sofá de casa, dices que no puedes y listo. Demasiado triste vivir en esa propia mentira, pero allá cada uno.

Hoy traigo 3 casos en concreto, a lo mejor no los mejores, ni más conocidos, pero si bastante recientes los 3 y que a mí particularmente me han llegado mucho.

El primero y que más me impacta, es el de Harriet Anderson, Ironman Finisher el año pasado en Hawaii con 78 años. No es el primer Ironman que termina y es posible que no sea el último. Entró en los últimos 10 minutos para cerrar las 17 horas que permite la organización del Campeonato del Mundo de Kona. 


El segundo caso es el de un niño estadounidense de 12 años, Jared Clark, que terminó un Medio Ironman para recaudar fondos con el objetivo de ayudar a su hermano gemelo, de 7 años, que padece una rara enfermedad. Me parece asombroso que con esa edad puedas tener el fondo físico y el poder mental para afrontar una prueba de estas características, y más teniendo en cuenta la edad. Hay gente que se prepara a conciencia para este reto. El tiempo, 8h 18´, es lo que menos importa.


 Y por último y también muy reciente caso, el de un padre, José Manuel Roás Triviño, profesor, que el pasado febrero corrió con su hijo Pablo, que sufre una paralisis cerebral, los 42,195 kms del maratón de Sevilla. Una prueba más de que con esfuerzo, se cruzan las líneas de meta. Evidentemente los caminos no son fáciles, nadie ha dicho que lo sean, lo que sí que digo que es verdad, es que sí merecen la pena.



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