Está claro que el running está de
moda, y ya no el running, sino cualquier “salvajada” que a la gente se le
ocurre con el único fin de desafiar sus límites. Personalmente soy muy
apasionado de este tipo de locuras, que en mi opinión, dan sentido a la vida.
Por problemas laborales no puedo realizar ninguna de estas “locuras” pero que
sí tengo muy en mente realizar varias. Hasta ahora no he podido, ni puedo,
porque mi trabajo es muy inestable en cuanto a los entrenamientos, no me lo
permite. Soy militar, soy marino, y navego unos 80-150 días al año de forma
ininterrumpida, por lo que apenas me da tiempo a preparar una media maratón o
una maratón y ya de nuevo, debo de embarcar.
Lo que hoy quiero hablar es del
éxito en el running. No hay absolutamente nada que me haga diferente, por
ejemplo a mí, de las 2.999 personas que terminaron la maratón de Málaga.
Terminar la maratón de Málaga lo considero un reto, sueño personal, una meta,
un objetivo. Lo que yo me quiero centrar hoy, es en el éxito a consecuencia del
running. Lo que la gente demanda (me incluyo), son verdaderas épicas que no
estén al alcance del todo el mundo. No todo el mundo está preparado ni podrá
estar nunca preparado física y psicológicamente para afrontar un Maratón de
Sables, la Ultra Trail del Mont Blanc, una Titan Desert, etc, pruebas de la
máxima y extrema dureza del mundo. Pero lo que verdaderamente impide esta
imposibilidad en el 80% de los casos, es la economía. Es muy difícil (para
algunos, en mi caso, imposible) poder costearse una prueba deportiva en la que
deba invertir 3.000 € de inscripción. Sé de casos que podrían haber terminado
el mismísimo Ironman de Hawaii una vez clasificados en varios Ironman
anteriores, y que por motivos económicos no han podido ni asistir a dicha
prueba.
No quito mérito, de hecho admiro
y envidio de forma sana a los que se lo pueden permitir y los sigo muy de cerca
en todas las redes sociales en las que nos muestran sus heroicas historias,
pero lo que sí está claro es que para ser alguien y para poder triunfar en un
mundo en el que lo que realmente vale es lo que uno lleve dentro, la
constancia, el esfuerzo, el sacrificio; necesites obligatoriamente el dinero.
Hola Alberto,
ResponderEliminarEn algunas disciplinas deportivas, es mucho más sencillo y barato desafiar los límites de lo que pueda parecer.
Por ejemplo, en las carreras de montaña, una de las pruebas más duras del mundo se desarrolla en Picos de Europa y se llama Travesera de Picos, en unos 75 km de distancia se deben salvar 13.500 de desnivel acumulado y la inscripción (si consigues plaza), no llega a 80 euros. No es necesario correr por Alpes, la Isla Reunión o el Sahara para desafiar los límites.
Enhorabuena por tu blog.
Un saludo.
Buenas Rubén :)
ResponderEliminarToda la razón, no es necesario competir en carreras de nombre para desafiar tus límites, hay carreras no demasiada caras que tienen un punto heroíco, que al fin y al cabo es lo que muchos buscamos.
Otra cosa distinta es a lo que me refiero en el post, y es que para conseguir fama (no es mi caso), sí es necesario competir en ciertas carreras con mucho prestigio, que en el 90% de los casos suelen ser carísimas, la inscripción, alojamiento, desplazamiento, etc.
Siento una envidia, sana, tremenda de las personas que sí pueden costearse este tipo de competiciones, igual cuando me toque el Euromillones... ;D
Un abrazo Rubén ;-)